Si quieren saber algo más de la Ley de Medios, lean el discurso de Apertura de Alejandro Harrison para quién estoy trabajando en las polémicas Jornadas de cable 2009, además de ser el presidente de Cappsa es el Gerente General de Pramer Compañía que nuclea a las siguientes señales:el Gourmet; Cosmopolitan TV; Canal a; Films&Arts; reality TV; Europa Europa entre otras.
Antes que lean les cuento que en los pasillos se rumorea que habrá 200 despidos en TYC Sports, varios despidos en otras señales que ya no podrán comercializar 12 minutos de tanda por hora sino que tendran que reducirlas a 6, que implica esto? 50% menos de ganancias, que implica esto? 50% menos de puestos de trabajo!
Para los cables de pueblos como Navarro el cobro de los grandes canales por abonado es casi nulo, pero como tendrán que salir a recaudar para no cerrar la persiana, hay cableros que no van a poder pagar el fee que pedirán las señales más importantes por lo tanto si esto no se regula, los unicos canales que vamos a poder ver son los de las ONG`s, los de los sindicalistas entre otros.
Chau Fox; TyC, Disney; etc etc! O la otra es que paguemos $300 para tener Cablevisión!
Con 2200 personas en su primer día, superando ampliamente al primer día del 2008, comenzaron las Jornadas de Cable 2009 en el Hotel Hilton.
Para la apertura el presidente de Cappsa: Alejandro Harrison dijo lo siguiente:
“Hoy, como lo venimos haciendo desde hace ya 20 años, damos inicio a una nueva edición de Jornadas. Esta ocasión, sin embargo, no será recordada como una más dentro del conjunto de muestras que han jalonado nuestra historia de éxitos y apuestas al engrandecimiento de nuestra industria y país.
Nuestro honorable Congreso nacional ha aprobado una nueva ley de servicios de comunicación audiovisual.
Como actores de esta gran industria esta ley dista de ser la norma que todos esperábamos, la que los argentinos nos merecíamos después de veintiséis años de democracia.
Lo contrario de una ley impuesta bajo la dictadura debería ser una ley surgida del debate y la discusión -aún acalorada- de las ideas.
Es esa la esencia misma de una democracia; es allí donde toma cuerpo el mandato según el cual ha de primar la voluntad de las mayorías pero siempre respetando el derecho de las minorías a ser escuchadas, a no ser arrasadas y a ser tenidas en cuenta por el bien del conjunto.
En ese convencimiento, hemos bregado para que la nueva ley fuese el fruto del consenso entre el Estado, la opinión pública y todos los sectores que conformamos esta pujante industria, al tratarse de una norma que por sus características está llamada a desempeñar un rol fundamental en la vida del país.
Hemos asistido a audiencias públicas en la Cámara de Diputados y a la reunión de comisiones en el Senado de la Nación.
Ha sido en ese ámbito donde expusimos uno a uno nuestros reparos.
Concurrimos junto a otras entidades colegas y lo hicimos con la esperanza de encontrar eco favorable a nuestras inquietudes, no buscando injustificados privilegios sectoriales, sino apelando a la razón y a la reflexión serena de nuestros legisladores.
Buscamos generar el necesario debate frente a normas a las que solo es posible encontrar fundamento en postulados dogmáticos contrarios a la praxis y a la exégesis de nuestra industria.
Somos críticos de esta nueva ley y lo hacemos desde una posición constructiva que intenta señalar errores subsanables -la ley es en definitiva perfectible- apuntando al bien común, objetivo que no se alcanzará en la medida en que no logremos armonizar los intereses del público con los de las empresas dentro de un marco jurídico equilibrado.
Advertimos que esta nueva ley se centra en el país chico y no en la aldea global a la que hoy pertenecemos y de donde demandamos más y mayor conocimiento.
Sin embargo, se han plasmado normas que solo serían aplicables si el país se encontrase aislado de la región en materia de contenidos y de publicidad.
Es válido reiterarlo una vez más: nuestras señales son producidas, programadas y comercializadas con alcance panregional y mucho del articulado de la nueva ley choca abiertamente con leyes que imperan a nivel continental y que se tornarán incompatibles para su aplicación práctica.
La palabra que sobrevuela sobre todo el texto de esta nueva normativa es “Desinversión” y si de algo está necesitado nuestro país hoy día es precisamente de inversiones que, al amparo de leyes justas y de una tan necesaria como declamada seguridad jurídica, fluirán en manada generando nuevos y mejores puestos de trabajo y acceso a las últimas tecnologías.
Nuestra industria no necesita de prebendas ni de beneficios otorgados en desmedro de otras, solo requiere que le permitan trabajar y producir en paz.
Durante los años transcurridos desde el surgimiento de las primeras operaciones de cable en el país y la aparición de las primeras señales, nuestro esfuerzo estuvo centrado en brindar al abonado una programación de excelencia tanto en su calidad como en su variedad.
El éxito que ha acompañado a ese objetivo se ha visto y se ve reflejado año a año en estas Jornadas que convocan a los actores del país y de toda la región.
Los acuerdos que en este ámbito se celebran han redundado siempre en llevar la mejor televisión a la mayor cantidad posible de hogares.
En base a ello, no son pocas las empresas extranjeras que se radicaron en nuestro país al amparo de sus normas y tomando como valor agregado la calidad técnica y artística de los argentinos.
Nuestros productos y servicios se exportan como nunca antes; nuestra industria ocupa un lugar de privilegio en la región tanto en la producción de contenidos, como de cortos publicitarios y en la creación de formatos televisivos.
Pero también queremos hablar de nuestros logros en el país: nuestra energía creadora y nuestra capacidad y esfuerzo han permitido que los argentinos y todos aquellos que habitan nuestra querida Patria tengan a su alcance una programación que se encuentra entre las mejores de la región.
Las redes de cable, los satélites y las computadoras brindan contenidos de una calidad y diversidad tal que colocan a la Argentina en una posición privilegiada respecto de muchos otros países.
Ello ha sido en parte gracias a la emisión de una tanda publicitaria que, sin abrumar al televidente, permitió a las Señales financiar sus producciones y continuar invirtiendo en el país.
Entre nuestras críticas a la nueva ley, podemos centrar en esta materia la principal ya que no ha tenido en cuenta esta realidad incontrastable.
Por primera vez en muchos años aquella ecuación de equilibrio “abono - publicidad” corre el riesgo de verse seriamente dañada.
Pese a todo seguiremos apostando a lo que mejor sabemos hacer: traer la mejor televisión del mundo a la Argentina y producir la mejor televisión de la Argentina para el mundo.
Estimados colegas y amigos, solo me resta darles nuestra bienvenida oficial a Jornadas 2009 y desearles que como siempre lo han hecho, puedan celebrar los mejores acuerdos y llevar a cabo los contactos que permitan cristalizar nuestros sueños de una mejor televisión para todos”
De esta manera Alejandro Harrison cerró su discurso de apertura.